miércoles, 6 de marzo de 2013

Practicando Su Santidad






·          A muchos creyentes hemos recibido enseñanzas erróneas sobre la santidad. 
·         Sin el Señor Jesús, nunca seremos capaces de definir realmente lo que es la santidad. 
·         Debemos depender de Él sobre la vida santa.
·         Nuestra santidad no consiste en llevar al pie de las indicaciones de los hombres.
·          No se trata de confiar en nuestras propias fuerzas para hacernos santos. 
·         Se trata de contemplar el único que nos puede hacer santos, y que es Jesucristo, nuestro Señor y Salvador.


Marcos 11:7-17  Le llevaron, pues, el burrito a Jesús. Luego pusieron encima sus mantos, y él se montó. Muchos tendieron sus mantos sobre el camino; otros usaron ramas que habían cortado en los campos. Tanto los que iban delante como los que iban detrás, gritaban: --¡Hosanna!--¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! --¡Bendito el reino venidero de nuestro padre David! --¡Hosanna en las alturas!  Jesús entró en Jerusalén y fue al [recinto del] templo [y observándolo]. Y  observarlo todo, como ya era tarde, salió para Betania con los doce.  Al día siguiente, cuando salían de Betania, Jesús tuvo hambre.  Viendo a lo lejos una higuera que tenía [cubierta de] hojas, fue a ver si hallaba algún fruto [la higuera da fruto al mismo tiempo que da hojas]. Cuando llegó a ella sólo encontró hojas, porque no era tiempo de higos.  "¡Nadie vuelva jamás a comer fruto de ti!", le dijo a la higuera. Y lo oyeron sus discípulos.  Llegaron, pues, a Jerusalén. Jesús entró en el templo y comenzó a echar de allí a los que compraban y vendían. Volcó las mesas de los que cambiaban dinero y los puestos de los que vendían palomas,  y no permitía que nadie atravesara el templo llevando mercancías. También les enseñaba con estas palabras: "¿No está escrito: "'Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones'?  Pero ustedes la han convertido en 'cueva de ladrones'."



OBSERVANCIA, OBSERVAR
A. Nombre

teresis, del griego que significa vigilancia, y  guardar, se usa de mandamientos: «el guardar»
B. Verbos
1. epeco, siempre del griego que significa: sostener la mente sobre (epi , sobre; eco , sostener), significa (como pareco ) sostener la mente de uno hacía, observar. Se traduce «observando» en este ejemplo vemos a el Señor Jesús observando con mucha atención el fruto de los sacerdotes en Su Templo, a día siguiente también observo con la misma atención que lo había hecho en la tarde anterior, la higuera llena de hojas que debería tener fruto, y no le encontró higos, y a cada uno les dicto lo que esperaba en un futuro inmediato de cada uno de las dos observaciones que El hizo.  
2.  katanoeo, percibir con claridad, discernir claramente, observar desde lejos [columbrar], descubrir. Se traduce «observar» MIRAR.


CONTEMPLACIÓN DE SU SANTIDAD
Salmo 1:1-2  Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos,  sino que en la Palabra del Señor se deleita, y día y noche medita en ella.

Salmo 111:1-10  ¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!
En la asamblea, en compañía de los rectos.  Grandes son las obras del Señor;  estudiadas por los que en ellas se deleitan.  Gloriosas y majestuosas son sus obras;  Su justicia permanece para siempre.  Ha hecho memorables sus maravillas.  ¡El Señor es clemente y compasivo!  Da de comer a quienes le temen; siempre recuerda su pacto.  Ha mostrado a su pueblo el poder de sus obras  al darle la heredad de otras naciones.  Las obras de sus manos son fieles y justas;  todos sus preceptos son dignos de confianza,   inmutables por los siglos de los siglos, establecidos con fidelidad y rectitud.   Pagó el precio del rescate de su pueblo y estableció su pacto para siempre.  ¡Su Nombre es Santo e imponente!  El principio de la sabiduría es el temor del Señor;  buen juicio demuestran quienes cumplen sus preceptos.  ¡Su alabanza permanece para siempre!



  1. La santidad no es una carga, es una cosa hermosa cuando entendemos lo que realmente es
1Cronicas 16:29  Da a YAHWEH la Gloria debida a Su Nombre; trae una ofrenda, y entra en su presencia. Adora a YAHWEH en vestidura Santa y espléndida.

Isaías  6:2-4  Por encima de él había serafines, cada uno de los cuales tenía seis alas: con dos de ellas se cubrían el rostro, con dos se cubrían los pies, y con dos volaban.  Y se decían el uno al otro: "Santo, Santo, Santo es el Señor Todopoderoso; toda la tierra está llena de Su Gloria [con Su Poder]."   Al sonido de sus voces, se estremecieron los umbrales de las puertas y el templo se llenó de humo.


Apocalipsis 4:8-9  Cada uno de ellos tenía seis alas y estaba cubierto de ojos, por arriba y por debajo de las alas. Y día y noche repetían sin cesar: "Santo, Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era y que es y que ha de venir."   Cada vez que estos seres vivientes daban gloria, honra y acción de gracias al que estaba sentado en el trono, al que vive por los siglos de los siglos.


    1. La santidad sólo se puede lograr a través del Señor  Jesucristo, no nuestras obras.
    2. Cuando contemplamos algo, nos convertimos en lo que contemplamos. Por eso, como creyentes, mantenemos nuestro enfoque en el Señor Jesús, según él por la fuerza de Su Espiritu.  
Juan  15:19  Si fueran del mundo, el mundo los querría como a los suyos. Pero ustedes no son del mundo, sino que yo los he escogido de entre el mundo. Por eso el mundo los aborrece.

      1.  El Señor Jesús no es de este mundo y nosotros también. Entonces estudiamos la Palabra para saber más acerca de él, para que podamos contemplar su imagen.
      2. La manera de Dios de salvación se manifiesta cuando nos quitamos los ojos de nosotros mismos y colocarlos en Jesús.
  1. Cuando los israelitas se quejaron en contra de Dios, estaban plagados de serpientes venenosas
Números 21:5-9  y comenzaron a hablar contra Dios y contra Moisés: ¿Para qué nos trajeron ustedes de Egipto a morir en este desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua! ¡Ya estamos hartos de esta pésima comida!  Por eso el Señor mandó contra ellos serpientes venenosas, para que los mordieran, y muchos israelitas murieron.  El pueblo se acercó entonces a Moisés, y le dijo: Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. Ruégale al Señor que nos quite esas serpientes. Moisés intercedió por el pueblo, y el Señor le dijo: Hazte una serpiente, y ponla en un asta. Todos los que sean mordidos y la miren, vivirán. Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un asta. Los que eran mordidos, miraban a la serpiente de bronce y [salvos de morir] vivían.

    1. Clamaron a Dios que quite las serpientes. Muchos de ellos fueron heridos y morían  a causa de las mordeduras de serpientes venenosas
    2. Números 21:8 "Y el Señor dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente [de bronce], y ponla sobre la asta [de bandera]; y será que, que todo el que fuere mordido y mirare a ella, vivirá" 
      1. Este evento profecía para el pueblo que al contempla la imagen del Señor  Jesús por nuestra  salvación y liberación del pecado.

  1. Pedro vio a Jesús y caminó sobre el agua. Él tenía la facultad de pasar de lo natural a lo espiritual mirando a Jesús (Mateo 14:22-33).  
Mateo 14:22-33  En seguida Jesús hizo que los discípulos subieran a la barca y se le adelantaran al otro lado mientras él despedía a la multitud.  Después de despedir a la gente, subió a la montaña para orar a solas. Al anochecer, estaba allí él solo,  y la barca ya estaba bastante lejos de la tierra, zarandeada por las olas, porque el viento le era contrario.  En la madrugada, Jesús se acercó a ellos caminando sobre el lago.  Cuando los discípulos lo vieron caminando sobre el agua, quedaron aterrados. --¡Es un fantasma! --gritaron de miedo.  Pero Jesús les dijo en seguida: -- ¡Cálmense! Soy yo. No tengan miedo.   --Señor, si eres tú --respondió Pedro [Pedro había discernido (mirado detenidamente)  de que si el Señor Jesús lo hacia él lo podía hacer] --, mándame que vaya a ti sobre el agua.   --Ven --dijo Jesús. Pedro bajó de la barca y caminó sobre el agua en dirección a Jesús.    Pero al sentir el viento fuerte, [Pedro aparto toda su atención (su mirada) del Señor Jesús]  tuvo miedo y comenzó a hundirse. Entonces gritó: --¡Señor, sálvame!  En seguida Jesús le tendió la mano y, sujetándolo, lo reprendió: --¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?  Cuando subieron a la barca, se calmó el viento.    Y los que estaban en la barca lo adoraron diciendo: --Verdaderamente tú eres el Hijo de Dios. 

    1. Cuando Pedro se quitó los ojos de Jesús, comenzó a hundirse. Nuestro enemigo, Satanás, trata de que apartemos nuestro enfoque en el Señor Jesús y que las pongamos de nuestras circunstancias naturales se hacerse más grandes.
      1. Al igual que Pedro clamemos al Señor Jesús cuando se hundía, Él nos librará.
      2. Pero somos nosotros los responsables de mantener nuestra mirada en Su Palabra y en El Señor Jesús. Para no caer nosotros mismos.
      3. Tenemos que empezar a mirar detenidamente al Señor Jesús, y así tendremos la capacidad de no caer porque en El hemos puesto nuestra mirada y confianza.

  1. "Oh YAHWEH nuestro, ¿no los juzgarás tú quieras? Para nosotros no hay fuerza contra tan grande multitud que viene contra nosotros: no sabemos qué hacer: pero nuestros ojos están puestos en ti " 
2Cronicas 20:1-29  Después de esto, los moabitas, los amonitas y algunos de los meunitas  le declararon la guerra a Josafat, y alguien [vio, observo y]  fue a informarle: "Del otro lado del Mar Muerto y de Edom viene contra ti una gran multitud. Ahora están en Jazezón Tamar, es decir, en Engadi [Oasis al lado oeste del mar Muerto]." Atemorizado, Josafat decidió consultar al Señor y proclamó un ayuno en todo Judá. Los habitantes de todas las ciudades de Judá llegaron para pedir juntos la ayuda del Señor. En el templo del Señor, frente al atrio nuevo, Josafat se puso de pie ante la asamblea de Judá y de Jerusalén, y dijo: "Señor, Dios de nuestros antepasados, ¿no eres tú el Dios del cielo, y el que gobierna a todas las naciones? ¡Es tal tu fuerza y tú poder que no hay quien pueda resistirte! ¿No fuiste tú, Dios nuestro, quien a los ojos de tu pueblo [apartado por Elohim en Jacobo] Israel expulsó a los habitantes de esta tierra? ¿Y no fuiste tú quien les dio para siempre esta tierra a los descendientes de tu amigo Abraham? Ellos la habitaron y construyeron un santuario en tu honor, diciendo:  Cuando nos sobrevenga una calamidad, o un castigo por medio de la espada, o la peste o el hambre, si nos congregamos ante ti, en este templo donde habitas, y clamamos a ti en medio de nuestra aflicción, tú nos escucharás y nos salvarás.   "Cuando Israel salió de Egipto [para apartarlos (santificarlos)  para Elohim], tú no le permitiste que invadiera a los amonitas, ni a los moabitas ni a los del monte de Seír, sino que lo enviaste por otro camino para que no destruyera a esas naciones. ¡Mira cómo nos pagan ahora, viniendo a arrojarnos de la tierra que tú nos diste como herencia! Dios nuestro, ¿acaso no vas a dictar sentencia contra ellos? Nosotros no podemos oponernos a esa gran multitud que viene a atacarnos. ¡No sabemos qué hacer! ¡En ti hemos puesto nuestra [mirada y] esperanza!"  Todos los hombres de Judá estaban de pie delante del Señor, junto con sus mujeres y sus hijos, aun los más pequeños.  Entonces el Espíritu del Señor vino sobre Jahaziel, hijo de Zacarías y descendiente en línea directa de Benaías, Jeyel y Matanías. Este último era un levita de los hijos de Asaf que se encontraba en la asamblea.  Y dijo Jahaziel [profeta del Señor en ese instante]: "Escuchen, habitantes de Judá y de Jerusalén, y escuche también Su Majestad. Así dice el Señor: No tengan miedo ni se acobarden cuando vean ese gran ejército, porque la batalla no es de ustedes sino mía. Mañana, cuando ellos suban por la cuesta de Sis, ustedes saldrán contra ellos y los encontrarán junto al arroyo, frente al desierto de Jeruel. Pero ustedes no tendrán que intervenir en esta batalla. Simplemente, quédense quietos en sus puestos, para que vean la salvación que el Señor les dará. ¡Habitantes de Judá y de Jerusalén, no tengan miedo ni se acobarden! Salgan mañana contra ellos, porque yo, el Señor, estaré con ustedes. "  Josafat y todos los habitantes de Judá y de Jerusalén se postraron rostro en tierra y adoraron al Señor, y los levitas de los hijos de Coat y de Coré se pusieron de pie para alabar al Señor a voz en cuello.  Al día siguiente, madrugaron y fueron al desierto de Tecoa. Mientras avanzaban, Josafat se detuvo y dijo: "Habitantes de Judá y de Jerusalén, escúchenme: ¡Confíen en el Señor, y serán librados! ¡Confíen en sus profetas, y tendrán éxito!" Después de consultar con el pueblo, Josafat designó a los que irían al frente del ejército para cantar al Señor y alabar el esplendor de su santidad con el cántico: "Den gracias al Señor; su gran amor perdura para siempre."  Tan pronto como empezaron a entonar este cántico de alabanza, el Señor puso emboscadas contra los amonitas, los moabitas y los del monte de Seír que habían venido contra Judá, y los derrotó. De hecho, los amonitas y los moabitas atacaron a los habitantes de los montes de Seír y los mataron hasta aniquilarlos. Luego de exterminar a los habitantes de Seír, ellos mismos se atacaron y se mataron unos a otros. Cuando los hombres de Judá llegaron a la torre del desierto para ver el gran ejército enemigo, no vieron sino los cadáveres que yacían en tierra. ¡Ninguno había escapado con vida!  Entonces Josafat y su gente fueron para apoderarse del botín, y entre los cadáveres encontraron muchas riquezas, vestidos y joyas preciosas. Cada uno se apoderó de todo lo que quiso, hasta más no poder. Era tanto el botín, que tardaron tres días en recogerlo. El cuarto día se congregaron en el valle de Beracá, y alabaron al Señor; por eso llamaron a ese lugar el valle de Beracá, nombre con el que hasta hoy se le conoce.  Más tarde, todos los de Judá y Jerusalén, con Josafat a la cabeza, regresaron a Jerusalén llenos de gozo porque el Señor los había librado de sus enemigos.  Al llegar, entraron en el templo del Señor al son de arpas, liras y trompetas. Al oír las naciones de la tierra cómo el Señor había peleado contra los enemigos de Israel, el temor de Dios se apoderó de ellas.

    1. El rey Josafat y el pueblo de Judá sabía que Dios era su fuerza contra sus enemigos fuertes.
    2. Tenían los ojos en el Señor y Dios para su salvación, no en las fuerzas de ellos mismos.
    3. Ellos sabían que si ponían toda su atención en YAHWEH, también verían de lejos como  el poder de YAHWEH obraría sobre los enemigos que se habrían levantado en contra de los apartados por El.           
    4. Hoy podemos contemplar al Señor Jesús por la liberación de cualquier situación que enfrentemos, no importa lo imposible que pueda parecer nuestra victoria.

  1. Estamos separados del mundo, porque he aquí que la Palabra de Dios (Juan 17:11-17).
Juan 17:11-17  Ya no voy a estar por más tiempo en el mundo, pero ellos están todavía en el mundo, y yo vuelvo a ti. "Padre santo, protégelos con el poder de tu nombre, el nombre que me diste, para que sean uno, lo mismo que nosotros. Mientras estaba con ellos, los protegía y los preservaba mediante el nombre que me diste, y ninguno se perdió sino aquel que nació para perderse, a fin de que se cumpliera la Escritura. "Ahora vuelvo a ti, pero digo estas cosas mientras todavía estoy en el mundo, para que tengan mi alegría en plenitud. Yo les he entregado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno.   Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo. Santifícalos en la verdad; tu palabra es la verdad.

    1. Mientras el Señor Jesús les ministro la Palabra de Dios, Él fue el maestro y ejemplo  y cuando el Señor Jesús se levantó de los muertos  fueron llenos del Espíritu Santo, Pedro y Juan hablaban con valentía y elocuencia, que conmocionó a los que les rodean (que no fueron educados por los maestros del sanedrín o los hombres eruditos de la época) porque eran seguidores de Jesús y el Espíritu les Revelaba las Palabras a decir.  
Hechos 4:13 Entonces viendo el denuedo y la elocuencia sin trabas de Pedro y Juan, y sabiendo que eran ignorantes y sin formación en las escuelas [los hombres comunes que no tienen ventajas de educación], se maravillaban, y reconocían que habían estado con Jesús.
2.     El poder, habilidad y suficiencia que está en nosotros  es del Señor, no de nosotros mismos.

2Corintios 3:4-18  Ésta es la confianza que delante de YAHWEH  tenemos por medio de Ungido de YAHWEH [Cristo]. No es que nos consideremos competentes [capaces] en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de YAHWEH. Él [es el que] nos ha capacitado para ser servidores de un nuevo pacto, no el de la letra sino el del Espíritu; porque la letra mata, pero el Espíritu da vida. El ministerio que causaba muerte, el que estaba grabado con letras en piedra, fue tan glorioso que los israelitas no podían mirar la cara de Moisés debido a la gloria que se reflejaba en su rostro, la cual ya se estaba extinguiendo. Pues bien, si aquel ministerio fue así, ¿no será todavía más glorioso el ministerio del Espíritu? Si es glorioso el ministerio que trae condenación, ¡cuánto más glorioso será el ministerio que trae la justicia! En efecto, lo que fue glorioso ya no lo es, si se le compara con esta excelsa gloria.  Y si vino con gloria lo que ya se estaba extinguiendo, ¡cuánto mayor será la gloria de lo que permanece! Así que, como tenemos tal esperanza, actuamos con plena confianza. No hacemos como Moisés, quien se ponía un velo sobre el rostro para que los israelitas no vieran el fin del resplandor que se iba extinguiendo. Sin embargo, la mente de ellos se embotó, de modo que hasta el día de hoy tienen puesto el mismo velo al leer el antiguo pacto. El velo no les ha sido quitado, porque sólo se quita en Cristo. Hasta el día de hoy, siempre que leen a Moisés, un velo les cubre el corazón. Pero cada vez que alguien se vuelve al Señor, el velo es quitado.  Ahora bien, el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Así, todos nosotros, que con el rostro descubierto reflejamos como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados a su semejanza con más y más gloria por la acción del Señor, que es el Espíritu.

3.       Ahora tenemos la gloria de ser guiados por el Espíritu en lugar de la ley de Moisés. Hay libertad en nuestra nueva vida en el Señor Jesús el Ungido de YAHWEH.

4.      Al contemplar a Jesús, somos transformados a través del Espíritu Santo a Su imagen.