Salmo
32
Una
promesa de bendición de la Palabra de Dios
tomada para bendecir tu vida.
(NVI)
Dichoso aquel a quien se le perdonan sus
transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Dichoso aquel a quien el
Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño. Mientras
guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Mi
fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí. Pero te confesé mi pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije:
"Voy a confesar mis transgresiones al Señor", y tú perdonaste mi
maldad y mi pecado. Por eso los fieles te invocan en momentos de angustia; caudalosas
aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán. Tú eres mi refugio; tú me protegerás del
peligro y me rodearás con cánticos de liberación. El Señor dice: "Yo te
instruiré, yo te mostraré el Camino que debes seguir; yo te daré consejos y
velaré por ti. No seas como el mulo o el caballo, que no tienen discernimiento,
y cuyo brío hay que domar con brida y freno, para acercarlos a ti." Muchas
son las calamidades de los malvados, pero el gran amor del Señor envuelve a los
que en él confían. ¡Alégrense, ustedes
los justos; regocíjense en el Señor! ¡Canten todos ustedes, los rectos de
corazón!
(DA)
¡Benditos son aquellos cuyas transgresiones
son perdonadas, los que sus pecados son cubiertos! ¡Benditos aquellos a quienes
YAHWEH no imputa pecado, en cuyas bocas no hay engaño! Cuando me mantuve
callado, mis huesos se consumieron por causa de mi gemir el día entero; día y
noche tu mano estaba pesada sobre mí; estaba totalmente miserable, mientras una
espina estaba atada a mí. Cuando reconocí mi pecado a ti, cuando paré de
esconder mi iniquidad, y dije: "Confesaré mi iniquidad a YAHWEH"; entonces,
Tú perdonaste la perversidad en mi corazón. Por lo tanto, todo hombre santo ore
a ti en el tiempo que puedas ser encontrado. Entonces, cuando las aguas de la
inundación estén rugiendo, ellas no lo alcanzarán. Tú eres un refugio para la aflicción que me
rodea, mi alegría, para liberarme de aquellos que me han rodeado. "Yo te instruiré y te enseñaré el camino
que debes de andar; Yo te daré consejo; mis ojos estarán observándote." No
seas como un caballo o un mulo que no tiene entendimiento, que tiene que ser
sujetado con bocado y freno, de otra forma, no viene a ti. Muchos son los tormentos
del pecador, pero la misericordia rodea a los que confían en YAHWEH.
¡Conténtate en YAHWEH; regocíjate, justo! ¡Gloríense, todos ustedes, rectos de
corazón!
(BAD)
Dichoso aquel a quien se le perdonan sus
transgresiones, a quien se le borran sus pecados. Dichoso aquel a quien el
Señor no toma en cuenta su maldad y en cuyo espíritu no hay engaño. Mientras
guardé silencio, mis huesos se fueron consumiendo por mi gemir de todo el día. Mi
fuerza se fue debilitando como al calor del verano, porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí. Pero te confesé mi
pecado, y no te oculté mi maldad. Me dije: «Voy a confesar mis transgresiones
al Señor», y tú perdonaste mi maldad y mi pecado. Por eso los fieles te invocan en momentos de
angustia; caudalosas aguas podrán desbordarse, pero a ellos no los alcanzarán.
Tú eres mi refugio; tú me protegerás del peligro y me rodearás con cánticos de
liberación. El Señor dice: «Yo te instruiré, yo te mostraré el camino que debes
seguir; yo te daré consejos y velaré por ti. No seas como el mulo o el caballo,
que no tienen discernimiento, y cuyo brío hay que domar con brida y freno, para
acercarlos a ti.» Muchas son las
calamidades de los malvados, pero el gran amor del Señor envuelve a los que en
él confían. ¡Alegraos, vosotros los justos;
regocijaos en el Señor!¡Cantad todos vosotros, los rectos de corazón!
(PTD)
Qué afortunados son aquellos rebeldes a
quienes Dios les perdona sus pecados. Qué afortunados son los que el Señor
considera inocentes porque no mintieron en cuanto a sus pecados. Cuando yo no
quería confesar mis culpas, me debilitaba cada día más. Dios mío, tú hacías mi vida cada día más
difícil. Toda mi fuerza desaparecía. Entonces,
Señor, decidí confesarte todos mis pecados; no escondí ninguna de mis culpas.
Decidí confesarte mis errores, Señor, y tú perdonaste todas mis culpas. Por
eso, todos tus seguidores deben orar a ti. Y así, aunque estén en mil
dificultades, nada malo les sucederá. Tú
eres mi refugio, me rodeas y me proteges, y por eso me alegro. El Señor dice: «Te enseñaré y te mostraré el
camino; te protegeré y seré tu guía». Deja la terquedad que te impide acercarte
al Señor. Los perversos reciben muchos sufrimientos. En cambio, quien confía en
él está protegido por el fiel amor de Dios. Por eso alégrense y sean felices en
el Señor. Alégrense todos ustedes gente honesta.
(LBLA)
Salmo de David. ¡Cuán bienaventurado es aquel cuya
transgresión es perdonada, cuyo pecado es cubierto! ¡Cuán bienaventurado es el
hombre a quien el SEÑOR no culpa de iniquidad, y en cuyo espíritu no hay
engaño! Mientras callé mi pecado, mi
cuerpo se consumió con mí gemir durante todo el día. Porque día y noche tu mano
pesaba sobre mí; mi vitalidad se desvanecía con el calor del verano. Te manifesté mi pecado, y no encubrí mi
iniquidad. Dije: Confesaré mis transgresiones al SEÑOR; y tú perdonaste la
culpa de mi pecado. Por eso, que todo santo ore a ti en el tiempo en que puedas
ser hallado; ciertamente, en la inundación de muchas aguas, no llegarán éstas a
él. Tú eres mi escondedero; de la
angustia me preservarás; con cánticos de liberación me rodearás. Yo te haré saber y te enseñaré el camino en
que debes andar; te aconsejaré con mis ojos puestos en ti. No seas como el
caballo o como el mulo, que no tienen entendimiento; cuyos arreos incluyen
brida y freno para sujetarlos, porque si no, no se acercan a ti. Muchos son los
dolores del impío, pero al que confía en el SEÑOR, la misericordia lo rodeará. Alegraos
en el SEÑOR y regocijaos, justos; dad voces de júbilo, todos los rectos de
corazón.
El Señor Jesús es el perdona todo de mis pecado
y iniquidades, me llena de sus misericordias y me llena de regocijo poder
alabarle sin sombras en mi corazón. ¡Aleluya! ¡Aleluya! Amen. Y Amen.
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