lunes, 24 de septiembre de 2012

El Señor Jesús Es Mi Salvación.


Salmo 27

Una promesa de bendición de la Palabra de Dios  tomada para bendecir tu vida.

(NVI) 
El Señor es mi luz y mi Salvación; ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida; ¿quién podrá amedrentarme? (no hay nada que me pueda infundir temor) Cuando los malvados avanzan contra mí para devorar mis carnes, cuando mis enemigos y adversarios me atacan, son ellos los que tropiezan y caen (dentro de mi esta habitando el poder creador de los cielos y la tierra, el Espíritu de Dios).  Aun cuando un ejército me asedie, no temerá mi corazón; aun cuando una guerra estalle contra mí, yo mantendré la confianza. Una sola cosa le pido al Señor, y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo. Porque en el día de la aflicción él me resguardará en su morada; al amparo de su tabernáculo me protegerá, y me pondrá en alto, sobre una roca. Me hará prevalecer frente a los enemigos que me rodean; en su templo ofreceré sacrificios de alabanza y cantaré salmos al Señor. Oye, Señor, mi voz cuando a ti clamo; compadécete de mí y respóndeme. El corazón me dice: "¡Busca su rostro!"  Y yo, Señor, tu rostro busco.  No te escondas de mí; no rechaces, en tu enojo, a este siervo tuyo, porque tú has sido mi ayuda. No me desampares ni me abandones, Dios de mi salvación.  Aunque mi padre y mi madre me abandonen, el Señor me recibirá en sus brazos.  Guíame, Señor, por tu camino; dirígeme por la senda de rectitud, por causa de los que me acechan.  No me entregues al capricho de mis adversarios, pues contra mí se levantan falsos testigos que respiran violencia. Pero de una cosa estoy seguro: he de ver la bondad del Señor en esta tierra de los vivientes. Pon tu esperanza en el Señor; ten valor, cobra ánimo; ¡pon tu esperanza en el Señor!

(DA)
Canto de David, antes de que fuera ungido: YAHWEH es mi luz y mi Salvador; ¿A quién temeré? YAHWEH es el defensor de mi vida; ¿De quién tendré miedo? Cuando los malhechores me asaltaron para devorar mi carne, mis perseguidores y enemigos, ellos desmayaron y cayeron. Si un ejército acampa contra mí, mi corazón no temerá; si la guerra rompiera contra mí, aun así yo seguiré confiando.  Sólo una cosa he pedido a YAHWEH; sólo esto buscaré de todo corazón: que yo debo morar en la casa de YAHWEH todos los días de mi vida, para contemplar la belleza de YAHWEH y visitarle en Su Templo. Porque El me escondió en Su Tabernáculo en el día de mi aflicción, El me cobijó en el secreto de Su Tabernáculo, Él me puso en alto sobre una roca. Entonces mi cabeza levantó por encima de los enemigos a mí alrededor, y ofrecí en Su Tabernáculo el sacrificio de alegría; Yo cantaré, aun cantaré salmos a YAHWEH. Escucha, YAHWEH, mi voz cual he pronunciado alto; compadécete de mí, y escúchame.  Mi corazón dijo a Ti: "Yo diligentemente busqué Tu Rostro." Tu rostro, O YAHWEH, yo buscaré. No escondas tu rostro de mí, no rechaces con ira a tu siervo. Tú eres mi ayuda, no me abandones; no me dejes, O Elohim, mi Salvador, no me pases por alto.  A pesar de que mi padre y mi madre me hayan abandonado, YAHWEH me ha tomado para El.  Enséñame tu camino, YAHWEH; y guíame por senda allanada a causa de mis enemigos.  No me entregues al deseo de los que me afligen; porque se han levantado testigos falsos contra mí, y la injusticia ha mentido en ella misma.  Yo creo que he de ver la bondad de YAHWEH en la tierra de los vivientes.  Pon tu esperanza en YAHWEH, sé fuerte, y ¡qué tu corazón tome valor! ¡Sí, pon tu esperanza en YAHWEH!


(T-Amat) 
El Señor es mi luz y mi salvación: ¿a quién he de temer yo? El Señor es el defensor de mi vida: ¿quién me hará temblar?  Mientras están para echarse sobre mí los malhechores, a fin de devorar mis carnes, esos enemigos míos que me atribulan, esos mismos han flaqueado, y han caído.  Aunque acampen ejércitos contra mí, no temblará mi corazón. Aunque me embistan en batalla, entonces mantendré firme mi esperanza.  Una sola cosa he pedido al Señor, ésta solicitaré; y es que yo pueda vivir en la casa del Señor todos los días de mi vida; para contemplar las delicias del Señor, frecuentando su templo.  Él es quien me tuvo escondido en su Tabernáculo; en los días aciagos me puso a cubierto en lo más recóndito de su pabellón.   Me ensalzó sobre una roca; y ahora me ha hecho prevalecer contra mis enemigos. Por tanto estaré alrededor de su Tabernáculo, inmolando sacrificios de júbilo o acción de gracias; cantando y entonando himnos al Señor.  Escucha, ¡oh Señor!, mis voces, con que te he invocado; ten misericordia de mí y óyeme.  Contigo ha hablado mi corazón; en busca de ti han andado mis ojos. ¡Oh, Señor! tu cara es la que yo busco. No apartes de mí tu rostro; no te retires enojado de tu siervo. Sé tú en mi ayuda; no me desampares, ni me desprecies, ¡oh Dios, salvador mío!  Porque mi padre y mi madre me desampararon; pero el Señor me ha tomado por su cuenta. Arregla, Señor, mis pasos en tu camino, y dirígeme por la recta senda, a causa de mis enemigos. No me abandones a los deseos de mis perseguidores; porque han conspirado contra mí testigos inicuos; mas la iniquidad ha mentido o dañado a sí misma. Yo espero que vea algún día los bienes del Señor en la tierra de los vivientes. Aguarda al Señor, y pórtate varonilmente; cobre aliento tu corazón, y espera con paciencia el Señor.


(PTD)
El Señor es mi luz y mi salvación. ¿A quién podría yo temerle? El Señor es la fortaleza de mi vida, así que no le temo a nadie.  Aunque los perversos me ataquen y traten de destruirme, todos ellos serán derrotados.  No tendré miedo aunque todo un ejército me rodee. Confiaré en Dios aunque me declaren la guerra.  Sólo una cosa le pido al Señor: Habitar en la casa del Señor por el resto de mi vida. Así podré disfrutar el placer de estar junto al Señor y visitarlo en su templo.  Cuando esté en peligro el Señor me protegerá en su casa. Él me esconderá bajo su techo, me llevará a un lugar seguro.  El Señor me ayudará a derrotar a los enemigos que me rodean. Así con alegría podré ofrecerle sacrificios en su templo y cantar en su honor.  Señor, responde a mi llamado, ten compasión de mí y ayúdame cuando te necesite.  Señor, busco conversar contigo y aquí estoy para adorarte con todo mi corazón.  No te alejes de mí, no ignores a tu servidor. Dios mío, tú eres mi Salvador. ¡No me dejes solo, no me abandones!   Aunque mis padres me abandonen, el Señor se encargará de mí.  Señor, enséñame a vivir como tú quieres. Guíame por el camino seguro; ayúdame porque tengo muchos enemigos.  No permitas que mis enemigos me derroten. Te pido esto porque mucha gente ha mentido sobre mí y ha tratado de hacerme daño.  Yo, en cambio, espero disfrutar de la felicidad mientras viva.  Confíen en el Señor. Sean fuertes y valientes, y confíen en que él les ayudará.


(LBLA)
Salmo de David. El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor? Cuando los malhechores vinieron sobre mí para devorar mis carnes, ellos, mis adversarios y mis enemigos, tropezaron y cayeron.  Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque en mi contra se levante guerra, a pesar de ello, estaré confiado.  Una cosa he pedido al SEÑOR, y ésa buscaré: que habite yo en la casa del SEÑOR todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del SEÑOR, y para meditar en su templo.   Porque en el día de la angustia me esconderá en su tabernáculo; en lo secreto de su tienda me ocultará; sobre una roca me pondrá en alto.  Entonces será levantada mi cabeza sobre mis enemigos que me cercan; y en su tienda ofreceré sacrificios con voces de júbilo; cantaré, sí, cantaré alabanzas al SEÑOR.  Escucha, oh SEÑOR, mi voz cuando clamo; ten piedad de mí, y respóndeme.  Cuando dijiste: Buscad mi rostro, mi corazón te respondió: Tu rostro, SEÑOR, buscaré.  No escondas tu rostro de mí; no rechaces con ira a tu siervo; tú has sido mi ayuda. No me abandones ni me desampares, oh Dios de mi salvación.  Porque aunque mi padre y mi madre me hayan abandonado, el SEÑOR me recogerá.  SEÑOR, enséñame tu camino, y guíame por senda llana por causa de mis enemigos. No me entregues a la voluntad de mis adversarios; porque testigos falsos se han levantado contra mí, y los que respiran violencia.  Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes. Espera al SEÑOR; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al SEÑOR.


El Señor Jesús ha venido a morar dentro de mi, a través de Su Espíritu, hoy tengo toda mi confianza en El, y no hay nada en este mundo que pueda atemorizarme, Su Luz esta en mi y cuando el enemigo me busca esta luz que esta en mi los desorienta porque Él es mi Salvación. Y hoy estoy viendo la manifestación de Su amor para mí.

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