Hebreos
11:3-16
Una
promesa de bendición de la Palabra de Dios
tomada para bendecir tu vida.
(NVI)
Por la fe entendemos que el universo fue
formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se
ve. Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín,
por lo cual recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Y por
la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía. Por la fe Enoc fue sacado
de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo
llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. En
realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a
Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan. Por la
fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente
construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó
a ser heredero de la justicia que viene por la fe. Por la fe Abraham, cuando fue llamado para ir
a un lugar que más tarde recibiría como herencia, obedeció y salió sin saber a
dónde iba. Por la fe se radicó como extranjero en la
tierra prometida, y habitó en tiendas de campaña con Isaac y Jacob, herederos
también de la misma promesa, porque esperaba la ciudad de cimientos sólidos, de
la cual Dios es arquitecto y constructor. Por la fe Abraham, a pesar de su
avanzada edad y de que Sara misma era estéril, recibió fuerza para tener hijos,
porque consideró fiel al que le había hecho la promesa. Así que de este solo
hombre, ya en decadencia, nacieron descendientes numerosos como las estrellas
del cielo e incontables como la arena a la orilla del mar. Todos ellos vivieron
por la fe, y murieron sin haber recibido las cosas prometidas; más bien, las
reconocieron a lo lejos, y confesaron que eran extranjeros y peregrinos en la
tierra. Al expresarse así, claramente dieron a entender que andaban en busca de
una patria. Si hubieran estado pensando en aquella patria de donde habían
emigrado, habrían tenido oportunidad de regresar a ella. Antes bien, anhelaban
una patria mejor, es decir, la celestial. Por lo tanto, Dios no se avergonzó de
ser llamado su Dios, y les preparó una ciudad.
(DA)
Por la confianza [confianza en la Palabra dada
por YHWH] entendemos que el Universo fue creado por la Palabra hablada de YHWH,
así que, lo que se ve no vino a existir de un fenómeno existente. Por la confianza Abel ofreció mayor
sacrificio que Caín, y por esto fue declarado justificado, dando YHWH
testimonio a El sobre la base de sus ofrendas, por medio de haber confiado;
todavía continúa hablando, aunque está muerto. Por la confianza Enoc fue
arrebatado de esta vida sin ver la muerte; "Él no fue encontrado porque
YHWH lo trasladó," pues tuvo el testimonio, antes de ser trasladado, de
haber sido de muy placentero a YHWH. Y
sin tener confianza es imposible ser muy placentero a YHWH, porque cualquiera
que se acerque a Él (al Señor Jesús) tiene que tener la confianza de que en
realidad El existe y que Él es el dador de la recompensa a aquellos que le
buscan. Por la confianza Noe, después de recibir advertencia Divina acerca de
cosas que todavía no se veían, fue lleno de temor Santo e hizo un Arca para
salvar a los de su casa. Por medio de esta confianza, puso al mundo bajo
condenación, y recibió la justificación que viene por medio de la confianza. Por la confianza Abraham obedeció después de
que fue llamado a salir al lugar que YHWH le daría como posesión; en verdad,
salió sin saber adonde iba. Por la confianza vivió como residente temporal en
La Tierra de la promesa, como si no fuera de él, viviendo en tiendas con Isaac y
Jacobo, quienes iban a recibir lo que había sido prometido a él. Porque estaba aguardando esperanzado la
ciudad que tiene fundamentos permanentes, de la cual el arquitecto y
constructor es YHWH. Por la confianza [en la Palabra de YHWH] él recibió
potencia para engendrar un hijo, aunque su edad para eso ya le había pasado, y
así también estaba la misma Sara; porque creyó que el que lo había prometido
era digno de confianza. Por lo cual, este hombre que estaba virtualmente muerto
engendró zera (descendencia), tan numerosos como las estrellas del firmamento,
e incontables como los gramos de arena en la orilla del mar. Todas estas personas permanecieron confiando
hasta que murieron, sin recibir lo que había sido prometido. Ellos sólo lo
habían visto y recibido desde la distancia, mientras reconocían que ellos eran
extranjeros y residentes temporales en la tierra. Porque personas que hablan de
esta forma, claramente dan a entender que buscan una patria. Ahora bien, si
hubieran estado recordándose de dónde salieron, tenían una oportunidad para
regresar, pero como es, aspiraban a tener mejor patria, una celestial. Por esto
YHWH no se avergüenza de ser llamado Elohim de ellos; porque les ha preparado
una ciudad.
(PTD)
Por la fe [creer en la Palabra de Dios],
sabemos que Dios creó el mundo con una orden. Esto significa que el universo no
surgió de lo que se ve. Por la fe, Abel ofreció mejores sacrificios que Caín.
Dios dijo que aceptó sus ofrendas y lo aprobó por su fe. Aunque Abel murió, él
sigue hablando por medio de su fe. Por
la fe, Enoc no murió. Dios se lo llevó con vida de este mundo, por eso nunca
pudieron encontrar su cuerpo. La Escritura dice que, antes de ser llevado, "Enoc
agradaba a Dios". Nadie puede agradar a Dios si no tiene fe [si
no cree en el Señor Jesús y Su Palabra]. Cualquiera que se acerque a Dios debe
creer que Dios existe y que premia a los que lo buscan. Por la fe, Noé recibió una advertencia de Dios
sobre algo que aún no se podía comprobar. Respetó la advertencia de Dios y
construyó un barco muy grande para salvar a su familia. Con su fe, Noé demostró
que el mundo estaba equivocado, y así recibió las bendiciones del que agrada a
Dios. Por la fe, Abraham obedeció la
orden de Dios de ir a una tierra que iba a recibir como herencia y salió sin saber
ni siquiera dónde quedaba ese lugar. Por
la fe, Abraham vivió en la tierra prometida como extranjero. Vivía en carpas
como Isaac y Jacob, porque Dios también les había hecho a ellos la misma
promesa. Abraham obedeció porque quería
ir a la ciudad que tiene bases eternas, una ciudad planeada y construida por
Dios. Abraham estaba ya muy viejo para
tener hijos, y Sara no podía tenerlos, pero por la fe de Abraham, Dios hizo que
tuvieran hijos. Abraham confiaba en que Dios cumple lo que promete. Este hombre estaba ya muy viejo, casi en sus
últimos días, pero tuvo tantos descendientes que no se pueden contar, tan
numerosos como las estrellas del cielo y como los granos de arena de la playa. Todos estos grandes hombres mantuvieron la fe
toda la vida hasta que murieron. Ellos murieron sin recibir lo que Dios les
prometió, pero vieron lo prometido a lo lejos, en el futuro, y aceptaron ser
extranjeros en la tierra. Al obrar así, demostraron claramente que buscaban
otra patria. Si ellos hubieran estado
pensando en el país que habrían abandonado, habrían tenido tiempo de sobra para
regresar; pero ellos aspiraban a una patria mejor, un país celestial. Por eso,
Dios no se avergonzó de ser su Dios y les preparó una ciudad celestial.
(LBLA)
Por la fe [por la confianza puesta en el Señor
Jesús] entendemos que el universo fue preparado por la palabra de Dios, de modo
que lo que se ve no fue hecho de cosas visibles. Por la fe Abel ofreció a Dios
un mejor sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó el testimonio de que era
justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y por la fe, estando muerto,
todavía habla. Por la fe Enoc fue trasladado al cielo para que no viera muerte;
Y NO FUE HALLADO PORQUE DIOS LO TRASLADO; porque antes de ser trasladado
recibió testimonio de haber agradado a Dios. Y sin fe es imposible agradar a
Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que El existe, y que
es remunerador de los que le buscan. Por la fe Noé, siendo advertido por Dios
acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó un arca para la
salvación de su casa, por la cual condenó al mundo, y llegó a ser heredero de
la justicia que es según la fe. Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció,
saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber
adónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en
tierra extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, coherederos de la misma
promesa, porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y
constructor es Dios. También por la fe Sara misma recibió fuerza para concebir,
aun pasada ya la edad propicia, pues consideró fiel al que lo había prometido. Por lo cual también nació de uno (y éste casi
muerto con respecto a esto) una descendencia COMO LAS ESTRELLAS DEL CIELO EN
NUMERO, E INNUMERABLE COMO LA ARENA QUE ESTA A LA ORILLA DEL MAR. Todos
éstos murieron en fe, sin haber recibido las promesas, pero habiéndolas visto y
aceptado con gusto desde lejos, confesando que eran extranjeros y peregrinos
sobre la tierra. Porque los que dicen tales cosas, claramente dan a entender
que buscan una patria propia. Y si en verdad hubieran estado pensando en
aquella patria de donde salieron, habrían tenido oportunidad de volver. Pero en
realidad, anhelan una patria mejor, es decir, celestial. Por lo cual, Dios no
se avergüenza de ser llamado Dios de ellos, pues les ha preparado una ciudad.
La confianza en la Palabra de Dios es la confirmación
de las cosas que nosotros esperamos, es la prueba de que nosotros no vemos al Espíritu
Santo morando dentro de nosotros y la convicción del hecho real que se nos
revela dando testimonio que somos hijos de Dios. Porque por la fe, la confianza del Señor Jesús
nos ha hecho hijos de Dios, Y el Espíritu Santo da testimonio divino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario