lunes, 11 de junio de 2012

El Señor Jesús Es Dios.

1 Reyes 18:30-38

Una promesa de bendición de la Palabra de Dios  tomada para bendecir tu vida.

(NVI) 
Entonces Elías le dijo a todo el pueblo: ¡Acérquense! Así lo hicieron. Como el altar del Señor estaba en ruinas, Elías lo reparó. Luego recogió doce piedras, una por cada tribu descendiente de Jacob, a quien el Señor le había puesto por nombre Israel. Con las piedras construyó un altar en honor del Señor, y alrededor cavó una zanja en que cabían quince litros  de cereal. Colocó la leña, descuartizó el buey, puso los pedazos sobre la leña y dijo: Llenen de agua cuatro cántaros, y vacíenlos sobre el holocausto y la leña. Luego dijo: Vuelvan a hacerlo. Y así lo hicieron. ¡Háganlo una vez más! les ordenó. Y por tercera vez vaciaron los cántaros.  El agua corría alrededor del altar hasta llenar la zanja. A la hora del sacrificio vespertino, el profeta Elías dio un paso adelante y oró así: Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que todos sepan hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo y he hecho todo esto en obediencia a tu palabra. ¡Respóndeme, Señor, respóndeme, para que esta gente reconozca que tú, Señor, eres Dios, y que estás convirtiendo a ti su corazón!  En ese momento cayó el fuego del Señor y quemó el holocausto, la leña, las piedras y el suelo, y hasta lamió el agua de la zanja. Cuando todo el pueblo vio esto, se postró y exclamó: "¡El Señor es Dios, el Dios verdadero!"

(DA)
Entonces Elías dijo a todo el pueblo: "Vengan cerca de mí." Todo el pueblo vino cerca de él. Luego él reparó el altar de YAHWEH que estaba arruinado. Elías tomó doce piedras, conforme al número de tribus de los hijos de Jacobo, a quien la palabra de YAHWEH había venido, diciendo: "Tu nombre será Israel."  Con las piedras él edificó un altar en El Nombre de YAHWEH, y reparó el altar que había sido destruido, entonces él cavó una zanja alrededor del altar suficientemente honda para dos medidas de grano. Arregló la leña partida en el altar que había hecho, dividió la ofrenda quemada completa y la puso sobre la leña, y la puso sobre el altar    Entonces dijo: "llenen cuatro vasijas con agua, y la derraman sobre la ofrenda quemada y sobre la leña." Ellos lo hicieron. "Háganlo otra vez," él dijo, y ellos lo hicieron de nuevo. "Háganlo una tercera vez," les dijo, y ellos lo hicieron una tercera vez. Ahora el agua fluía alrededor del altar y había llenado la zanja de agua. Entonces, cuando llegó el momento para ofrecer la ofrenda de la tarde, Elías el profeta se acercó, y clamó en voz alta a los cielos: "YAHWEH, Elohim de Abraham, Isaac y Israel, que se sepa hoy que Tú eres Elohim en Israel, y que yo soy tu siervo, y que yo he hecho todas las cosas hoy por amor a ti.  Óyeme, YAHWEH , óyeme, para que este pueblo pueda saber que Tú, YAHWEH, eres Elohim, y que Tú estás volviendo sus corazones a ti." Entonces el fuego de YAHWEH cayó del cielo. Devoró la ofrenda quemada completa, la leña, las piedras y el polvo; y se lamió el agua de la zanja. Cuando todo el pueblo lo vio, ellos cayeron de bruces, y dijeron: "¡Verdaderamente YAHWEH es Elohim! ¡YAHWEH es Elohim!"


(BAD) 
Entonces Elías le dijo a todo el pueblo: ¡Acercaos! Así lo hicieron. Como el altar del Señor estaba en ruinas, Elías lo reparó. Luego recogió doce piedras, una por cada tribu descendiente de Jacob, a quien el Señor le había puesto por nombre Israel. Con las piedras construyó un altar en honor del Señor, y alrededor cavó una zanja en la que cabían quince litros de cereal. Colocó la leña, descuartizó el buey, puso los pedazos sobre la leña y dijo: Llenad de agua cuatro cántaros, y vaciadlos sobre el holocausto y la leña. Luego dijo: Volved a hacerlo. Y así lo hicieron. ¡Hacedlo una vez más! les ordenó. Y por tercera vez vaciaron los cántaros.   El agua corría alrededor del altar hasta llenar la zanja. A la hora del sacrificio vespertino, el profeta Elías dio un paso adelante y oró así: «Señor, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, que todos sepan hoy que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo y he hecho todo esto en obediencia a tu ¡Respóndeme, Señor, respóndeme, para que esta gente reconozca que tú, Señor, eres Dios, y que estás convirtiendo a ti su corazón! En ese momento cayó el fuego del Señor y quemó el holocausto, la leña, las piedras y el suelo, y hasta lamió el agua de la zanja. Cuando todo el pueblo vio esto, se postró y exclamó: ¡El Señor es Dios, el Dios verdadero!


(PTD)
Entonces Elías le dijo a todo el pueblo: —Reúnanse conmigo. Así que todo el pueblo estuvo junto a Elías. El altar del Señor había sido destruido, así que Elías lo arregló. Elías encontró doce piedras, una por cada una de las doce tribus nombradas por los doce hijos de Jacob, a quien el Señor había llamado Israel. Elías usó las piedras para arreglar el altar en honor al Señor. Después hizo una zanja alrededor del altar que podía contener quince litros de agua. Luego Elías acomodó la madera en el altar, cortó el toro en pedazos y los colocó sobre la madera. Entonces les dijo: —Llenen cuatro jarrones de agua y derramen toda el agua sobre los pedazos de carne. Luego Elías dijo: Háganlo de nuevo. Después dijo: Háganlo por tercera vez. El agua corrió hasta llenar la zanja alrededor del altar. Al llegar el momento del sacrificio de la tarde el profeta Elías se acercó al altar y oró así: Señor, Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Ahora te pido que des una prueba de que tú eres el Dios de Israel y que yo soy tu siervo. Muéstrales que tú me ordenaste que hiciera todo esto. Señor, atiende mi oración, muestra a la gente que tú, Señor, eres Dios. Así la gente sabrá que tú los estás haciendo volver a ti.  Así que el Señor hizo bajar fuego que quemó el sacrificio, la madera, las piedras e incluso la tierra alrededor del altar. El fuego también secó toda el agua de la zanja.  Todo el pueblo vio esto, se postró y comenzó a decir: ¡El Señor es Dios! ¡El Señor es Dios!

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