viernes, 4 de mayo de 2012

El Señor Jesús Es Mi Escudo


Salmo 84:1-12

Una promesa de bendición de la Palabra de Dios  tomada para bendecir tu vida.
(NVI) 
¡Cuán hermosas son tus moradas, Señor Todopoderoso! Anhelo con el alma los atrios del Señor; casi agonizo por estar en ellos. Con el corazón, con todo el cuerpo, canto alegre al Dios de la vida. Señor Todopoderoso, rey mío y Dios mío, aun el gorrión halla casa cerca de tus altares; también la golondrina hace allí su nido, para poner sus polluelos. Dichoso el que habita en tu templo, pues siempre te está alabando. Dichoso el que tiene en ti su fortaleza, que sólo piensa en recorrer tus sendas. Cuando pasa por el valle de las Lágrimas lo convierte en región de manantiales; también las lluvias tempranas cubren de bendiciones el valle. Según avanzan los peregrinos, cobran más fuerzas, y en Sión se presentan ante el Dios de dioses. Oye mi oración, Señor, Dios Todopoderoso; escúchame, Dios de Jacob. Oh Dios, escudo nuestro, pon sobre tu ungido tus ojos bondadosos. Vale más pasar un día en tus atrios que mil fuera de ellos; prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios que habitar entre los impíos. El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. a los que se conducen sin tacha. Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!


(RV1960)
¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Aun el gorrión halla casa,  Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos, Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío. Bienaventurados los que habitan en tu casa;
Perpetuamente te alabarán. Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente,  Cuando la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; Verán a Dios en Sion. Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración;  Escucha, oh Dios de Jacob. Mira, oh Dios, escudo nuestro,  Y pon los ojos en el rostro de tu ungido. Porque mejor es un día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de maldad.  Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad. Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía.



(BLS) 
Dios del universo, ¡qué bello es tu templo, la casa donde vives! Deseo con toda el alma estar en los patios de tu templo; ¡me muero por llegar a ellos! Tú eres el Dios de la vida, por eso te canto alegre con todas las fuerzas de mi corazón. Mi Dios y rey, Dios del universo, cerca de tu altar gorriones y golondrinas hallan lugar para sus nidos y allí ponen a sus polluelos. ¡Qué felices son los que viven en tu templo! ¡Nunca dejan de alabarte! ¡Qué felices son los que de ti reciben fuerzas, y de todo corazón desean venir hasta tu templo! Cuando cruzan el valle del Llanto, lo convierten en manantial; hasta las lluvias tempranas cubren el valle con sus bendiciones. Mientras más avanzan, más fuerzas tienen, y cuando llegan a tu templo te contemplan a ti, el Dios verdadero. Dios mío, ¡atiéndeme! Dios de Israel, Dios del universo, ¡escucha mi oración!  Dios y protector nuestro, muéstranos tu bondad, pues somos tu pueblo elegido. Prefiero pasar un día en tu templo que estar mil días lejos de él; prefiero dedicarme a barrer tu templo que convivir con los malvados. Señor y Dios nuestro, tú nos das calor y protección; nos das honor y gloria. Tu bondad no tiene medida para los que siempre hacen lo bueno. Dios del universo, ¡bendice a los que en ti confían!


(PTD)
¡Qué hermoso es tu templo, Señor Todopoderoso! Mi alma desea con ansia y emoción estar en los patios de tu templo, Señor. Mi corazón canta de alegría; al Dios vivo canta todo mi cuerpo.  Señor Todopoderoso, mi Dios y Rey, hasta los pájaros han encontrado un hogar en tu templo. Hacen sus nidos cerca de tu altar y allí tienen a sus hijos. Qué afortunado es el que vive en tu templo porque siempre te está adorando.  Qué afortunado es el que se apoya en ti, el que sólo piensa en andar en tus caminos.  Cuando pasa por el valle de las Lágrimas, lo convierte en un oasis bendecido por la lluvia temprana. Viajan de pueblo en pueblo para llegar al monte Sión y encontrarse con Dios. Señor Dios Todopoderoso, escucha mi oración; Dios de Jacob, escúchame. Dios nuestro, protege a nuestro protector. Sé bueno con tu rey elegido. Un día en tu templo es mejor que mil días en cualquier otro lugar. Preferiría ser el portero de la casa de mi Dios que vivir en la casa de un perverso. El Señor es nuestro protector y nuestro rey glorioso. Dios nos bendice con bondad y gloria. No le niega ninguna bendición al que vive con integridad. Señor Todopoderoso, ¡qué afortunados son los que confían en ti!

No hay comentarios:

Publicar un comentario